
Como ya sabéis la primera réflex que tuve fue una PENTAX. Venía acompañada con el kit 28-80 mm, un objetivo que me pareció la caña sobre todo porque tenía además de este rango focal, una posición "macro" que me permitía acercarme una barbaridad a cualquier cosa descubriendo, aunque parezca una paradoja cursi, lo grande que se esconde en lo más pequeño. Esto se complica, pensé, al profundizar y descubrir que fotografiar lo diminuto es un especialidad dentro del mundo fotográfico. Con este objetivo me apañé bastante bien durante una buena temporada.

Por aquel entonces utilizaba película en blanco y negro ya que me permitía revelarla personalmente lo que me ahorraba un pastizal. Visualizando la hoja de contactos escogía la foto que me interesaba y posteriormente la positivaba en papel. Está clara la similitud con el ordenador, creo yo.

Recordando lo que os acabo de contar encontré la inspiración para realizar una serie de fotografías macro de agujas de coser. Como por aquel entonces acababa de adquirir mi flamante cámara réflex digital (mi adorada S3) me puse manos a la obra dispuesto a disfrutar de una tarde dedicada la fotografía de aproximación.
Echando mano a lo que tenía en casa realicé algunas composiciones que me gustaron. Después de diversas pruebas de iluminación, después de escoger un fondo adecuado, después de escoger el mejor valor de exposición, después de un ajuste fino del enfoque, (por fin) disparé el obturador y logré capturar estas imágenes que os muestro ahora.
Con el paso del tiempo he aprendido a observar lo que me rodea sea grande o pequeño. Ocurre a menudo que una simple mirada no es suficiente para que tome la decisión de tomar una fotografía; un segundo vistazo me hace descubrir detalles que se me pasaron por alto ...
es el momento de"observar" a través del visor y capturar este momentazo sea o no decisivo.
Tubicontinued...