miércoles, 15 de febrero de 2012

MIRAR VS OBSERVAR






Como ya sabéis la primera réflex que tuve fue una PENTAX. Venía acompañada con el kit 28-80 mm, un objetivo que me pareció la caña sobre todo porque tenía además de este rango focal, una posición "macro" que me permitía acercarme una barbaridad a cualquier cosa descubriendo, aunque parezca una paradoja cursi, lo grande que se esconde en lo más pequeño. Esto se complica, pensé, al profundizar y descubrir que fotografiar lo diminuto es un especialidad dentro del mundo fotográfico. Con este objetivo me apañé bastante bien durante una buena temporada.
      Dado que mis limitaciones presupuestarias eran (ahora también) bastante grandes me agencié un "anillo inversor" que permite acoplar a la cámara un objetivo al revés permitiendo que puedas hacer fotografías a lo pequeño con una magnitud de aumento sorprendente. Este artilujio acoplado a un 28 mm es algo que hay que probar, te lo aseguro.
      Por aquel entonces utilizaba película en blanco y negro ya que me permitía revelarla personalmente lo que me ahorraba un pastizal. Visualizando la hoja de contactos escogía la foto que me interesaba y posteriormente la positivaba en papel. Está clara la similitud con el ordenador, creo yo.
   Pues bien, lo primero que se me ocurrió fotografiar con el anillo inversor fue el ojo de una aguja de coser insertado con hilo de idem. La primera dificultad que tuve antes de disparar el obturador fue escoger la exposición correcta ya que el exposímetro de la cámara no funcionaba correctamente con el anillo colocado. Lo segundo fue afinar el enfoque porque lógicamente a distancias tan pequeñas la profundidad de campo es mínima: mis ojos sufrieron de lo lindo porque mirar a través del visor (no muy grande por cierto) puso a prueba la buena visión de la que por aquel entonces disfrutaba. Como podréis imaginar esa tarde me lo pasé cha chi pen (viva los 80) y valoré en mayor medida el trabajo de aquellos fotógrafos dedicados a esta disciplina.
     Recordando lo que os acabo de contar encontré la inspiración para realizar una serie de fotografías macro de agujas de coser. Como por aquel entonces acababa de adquirir mi flamante cámara réflex digital (mi adorada S3) me puse manos a la obra dispuesto a disfrutar de una tarde dedicada la fotografía de aproximación.
     Echando mano a lo que tenía en casa realicé algunas composiciones que me gustaron. Después de diversas pruebas de iluminación, después de escoger un fondo adecuado, después de escoger el mejor valor de exposición, después de un ajuste fino del enfoque, (por fin)  disparé el obturador y logré capturar estas imágenes que os muestro ahora.
     Con el paso del tiempo he aprendido a observar lo que me rodea sea grande o pequeño. Ocurre a menudo que una simple mirada no es suficiente para que tome la decisión de tomar una fotografía; un segundo vistazo me hace descubrir detalles que se me pasaron por alto ... 
es el momento de"observar" a través del visor y capturar este momentazo sea o no decisivo.
Tubicontinued...

lunes, 6 de febrero de 2012


Durante años he fotografiado en película de 35 mm, primero con una cámara compacta hasta que, no sin esfuerzo, me compré mi primera réflex, una Pentax. A partir de ese momento sentía que mis conocimientos fotográficos eran escasos, así que leía y veía todo lo llegaba a mis manos sobre fografía. Descubrí la revista FV (Valentín Sama the number one) que durante años coleccioné hasta que las nuevas tecnologías acabaron con ella. Aprendí a través de varios cursos de fotografía que me ayudaron a conocer y comprender mejor mis posibilidades como fotógrafo aficionado. Me gustaba fotografiar todo lo que me rodeaba, pero procurando que cada fotografía fuera la mejor de ese momento, el motivo siempre tenía que ver con el coste que suponía ver cada fotografía en papel. Un disparo es igual a 100 pesetas era mi máxima en aquella época. 
Nunca podré olvidar las horas que disfruté revelando manualmente mis fotografías: el olor del revelador, del paro, del fijador; la obscuridad en rojo; la visión de ver la imagen formándose en el papel sumergido en el revelador: alucinante. Mi experiencia la compartí con varios amiguetes que un día decidimos constituir el grupo FOCUM de aficionados a la fotorafía. Fui testigo y partícipé en los debates y puntos de vista donde se intentaba defender las virtudes de la fotografía tradicional frente a la fotografía digital en ciernes: apasionante. 
Pasa y tiempo y como la tecnología avanza que es una barbaridad llega el momento en que lo digital es tan asequible que incluso yo mismo sucumbo al encanto de los 0 y 1. 
Y... vuelta a empezar, primero con una cámara compacta digital y despues la reflex digital con un nombre la mar de rimbombante (por lo menos eso me parecía): Fujifilm S3 Pro... la caña de España.
No puedes imaginar la emoción y la excitación que tenía cuando ya poseedor de este makinón, con el libro de instrucciones delante, apreté por primera vez el disparador.
El resultado es el que vés en estas dos imágenes. En honor a la verdad, ésta es la tercera fotografía que hice...las dos primeras fueron instantáneas del patio de la comunidad tomadas desde mi balcón.
Como podrás ver la original es la apaisada... la de formato cuadrado ha sido tratada con un filtro de SanFotoShop y resaltada con el marco en negro.
Detalles técnicos: f/9.5, 1/15 s, 80 mm. ISO 200
Continuará...


domingo, 5 de febrero de 2012

 Me ha resultado más complicado de lo que creía escoger la primera fotografía que quería que vieras. Al final me decidí por esta en contraposición con la que muestro en mi perfil. Obviamente las dos tienen algo en común: primero que ninguna las hice yo; segundo que aunque no lo parezca, efectivamente, soy yo. Con los años, como no puede ser de otra manera, he madurado y veo el mundo con otra mirada, con otra perspectiva. Las fotografías que insertaré a continuación son el reflejo de mi paso por este camino que comenzó el siglo pasado allá por mayo del 63. Por cierto, yo no estuve en París en el 68